ALGUNAS FOTOS

jueves, 8 de diciembre de 2011

Proyecto Iglesia de Quilmaná

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NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE QUILMANÁ




I. TITULO DE LA SOLICITUD:
AYUDA PARA REMODELAR LA IGLESIA

II. LUGAR: NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE QUILMANÁ

III. RESPONSABLES DEL PROYECTO:

COMITÉ PRO-TEMPLO, liderando como presidenta Sra. Antonieta

Pbro. Felipe Peña - PARROCO

IV. SINTESIS DEL PROYECTO:
El pueblo de Quilmaná, se encuentra en la provincia de Cañete, departamento de Lima, a 170 Km. de Lima, y a 30 km. de San Vicente de Cañete. Eclesiásticamente pertenece a la Prelatura de Yauyos, Parroquia “Nuestra Señora del Rosario” de Quilmaná.
Los pobladores son de condición económica muy humilde, dedicados al campo y la ganadería. No cuentan con recursos técnicos para el mejor aprovechamiento.

Con la edificación esta obra, se tendrá la seguridad de que los fieles estarán mejor atendidos en todos los aspectos.
Además será un foco de desarrollo social para la población.


V. RECURSOS:

Se cuenta con el ánimo y la generosidad de los pobladores, muchos de ellos miembros de la comunidad.

Lo que nos falta son los recursos económicos necesarios para pagar la mano de obra calificada y los materiales de construcción que falta.


VI. APORTE LOCAL:

1) La municipalidad Distrital S/.---------
2) Comité Parroquial S/.3.000
3) Actividades realizadas S/.2.000
4) Colaboraciones S/.500
-----------
Total 5.500





IX. PRESUPUESTO:
Materiales S/.500.000
Transporte S/.100.000
Mano de Obra (Estructura y acabado) S/.400.000

Total: 1000.000

Faltaría 1000.000





También se puede colaborar:

Con cemento
Ladrillos
Fierros

Lo que esta a su alcance.




QUE TODOS APOYEMOS,
EL DESEO ES QUE PRONTO SE HAGA REALIDAD ESTE SUEÑO.

jueves, 24 de noviembre de 2011

El Adviento y la Navidad

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Sagrada Familia

1) EL ADVIENTO

SIGNIFICADO Y CONTENIDO

Adviento significa venida. Este tiempo nos prepara para la venida del Señor. La venida de Cristo al mundo se realiza en un triple plan:

PASADO: venida histórica a Palestina,

PRESENTE: venida sacramental, hoy,

FUTURO: venida gloriosa al fin del mundo.

Cristo está viniendo hoy y aquí, a nosotros, dentro de nosotros. Nos está haciendo concorpóreos suyos, solidarios de su persona y de su misterio redentor. Mediante el don de su palabra y de la eucaristía, Cristo se graba en nosotros. Nos hace su cuerpo. Su venida gloriosa al final de los tiempos no será otra cosa que la revelación de las venidas que ahora realiza en nosotros. Hay continuidad real entre su venida actual y su venida gloriosa. Exactamente igual como la semilla se prolonga en el fruto. Esta es la verdad de fe más grandiosa. Quien quiera encontrarse con el Cristo viviente, debe penetrar en el misterio de su presencia, a través de la liturgia. Es necesario que el cristiano tenga mirada interior. El adviento es radicalmente cercanía y presencia del Señor.

poinsetia.gif (1839 bytes) LOS GRANDES TESTIGOS DEL ADVIENTO

Son tres: El profeta Isaías, Juan el Bautista y la Virgen María.

Isaías anuncia cómo será el Mesías que vendrá. Sacude la conciencia del pueblo para crear en él actitud de espera. Exige pureza de corazón.

Juan el Bautista señala quién es el Mesías, que ya ha venido. Él mismo es modelo de austeridad y de ardiente espera.

María es la figura clave del adviento. En ella culmina la espera de Israel. Es la más fiel acogedora de la palabra hecha carne. La recibe en su seno y en su corazón. Ella le prestó su vida y su sangre. María es Jesús comenzado. Ella hizo posible la primera navidad y es modelo y cauce para todas las venidas de Dios a los hombres. María, por su fidelidad, es tipo y madre de la Iglesia.

poinsetia.gif (1839 bytes)LAS ACTITUDES FUNDAMENTALES DEL ADVIENTO

1. Actitud de espera. El mundo necesita de Dios. La humanidad está desencantada y desamparada. Las aspiraciones modernas de paz y de dicha, de unidad, de comunidad, son terreno preparado para la buena nueva. El adviento nos ayuda a comprender mejor el corazón del hombre y su tendencia insaciable de felicidad.

2. El retorno a Dios. La experiencia de frustración, de contingencia, de ambigüedad, de cautividad, de pérdida de la libertad exterior e interior de los hombres de hoy, puede suscitar la sed de Dios, y la necesidad de «subir a Jerusalén» como lugar de la morada de Dios, según los salmos de este tiempo. La infidelidad a Dios destruye al pueblo. Su fidelidad hace su verdadera historia e identidad. El adviento nos ayuda a conocer mejor a Dios y su amor al mundo. Nos da conocimiento interno de Cristo, que siendo rico por nosotros se hace pobre.

3. La conversión. Con Cristo, el reino está cerca dentro de nosotros. La voz del Bautista es el clamor del adviento: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios ... » (Is 40,3-5). El adviento nos enseña a hacernos presentes en la historia de la salvación de los ambientes, a entender el amor como salida de nosotros mismos y la solidaridad plena con los que sufren.

4. Jesús es el Mesías. Será el liberador del hombre entero. Luchará contra todo el mal y lo vencerá no por la violencia, sino por el camino de una victimación de amor. La salvación pasa por el encuentro personal con Cristo.

5. Gozo y alegría. El reino de Cristo no es sólo algo social y externo, sino interior y profundo. La venida del Mesías constituye el anuncio del gran gozo para el pueblo, de una alegría que conmueve hasta los mismos cielos cuando el pecador se arrepiente. El adviento nos enseña a conocer que Cristo, y su pascua, es la fiesta segura y definitiva de la nueva humanidad.

martes, 9 de agosto de 2011

AMPLIACIÓN Y REMODELACIÓN DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE QUILMLANA

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¡Queridos hermanos y hermanas, benefactores y amigos!
La Construcción de nuestra iglesia parroquial de Quilmana se inicio el 20 de diciembre de 1973 bajo la dirección del Padre Roberto Pellietier, fue un trabajo mano a mano con pueblo mediantes muchas actividades: bingos, rifa, comidas y fue inaugurada el 21 de octubre de 1979. Bajo la advocación de la Virgen del Rosario.
Han pasado muchos años, hoy la Iglesia necesita una remodelación por ello se viene trabajando el proyecto y la documentación necesaria para la construcción del futuro templo. Habrá cambios, especialmente en la fachada y el techo, como podrán apreciar en la imagen.
Hermanos quilmaneños la Iglesia es la casa de Dios, centro de oración comunitaria y de formación espiritual para todos "la casa de todos".
La construcción, hoy en día, no es una cosa fácil, y requiere muchos esfuerzos, tanto físicos como materiales, por eso recurrimos a su generosidad.
Con este mensaje, que espero sea difundida con la ayuda de Uds, les pido una colaboración. Cada ayuda, aunque sea la más pequeña, será agradecida y será, para nosotros, un gran apoyo. Todos los días, en la Santa Misa, recordamos a nuestros benefactores
.

"EDIFIQUEMOS LA IGLESIA DE QUILMANA"

A edificar la iglesia,
A edificar la iglesia,
A edificar la iglesia del señor
Hermano ven ayúdame
Hermana ven ayúdame,
A edificar la Iglesia del Señor.

Yo soy la Iglesia,
tú eres la Iglesia,
Somos la Iglesia del señor...
Hermano ven ayúdame
Hermana ven ayúdame,
A edificar la Iglesia del Señor.

Los altos son la iglesia
los bajos son la iglesia
Somos la Iglesia del señor...
Hermano ven ayúdame
Hermana ven ayúdame

los gordos son la iglesia
los flacos son la iglesia
Somos la Iglesia del señor...
Hermano ven ayúdame
Hermana ven ayúdame

Los pobre son la Iglesia,
los ricos son la Iglesia,
Somos la Iglesia del señor...
Hermano ven ayúdame
Hermana ven ayúdame,
A edificar la Iglesia del Señor.

los negros son la iglesia
los blancos son la iglesia
Somos la Iglesia del señor...
Hermano ven ayúdame
Hermana ven ayúdame

“Las expresiones de fe son el tesoro del pueblo peruano”

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“En todas las familias, en todos los rincones, he podido tocar con las manos cómo nuestro pueblo ama al Santo Padre, ama a la Iglesia y busca la bendición, busca ese rato de oración”, expresó el Cardenal Juan Luis Cipriani en el programa Diálogo de Fe del sábado 06 de agosto.

Luego de haber participado en la multitudinaria Santa Misa en honor a la Cruz de Motupe el pasado viernes, el Cardenal Cipriani mencionó que estas tradiciones, expresiones de fe son el tesoro que el pueblo del Perú tiene y que deben ser cuidados siempre.

“Ayer hemos tenido una jornada muy bonita. Miles de personas de todas partes del Perú, especialmente del norte, que han venido con una fe muy grande para venerar el Sagrado Madero de Motupe. Han sido momentos en que la gente, con esa fe profunda caminaba desde lejos y se acercaba a contemplar la Cruz para expresar su fe en el Redentor, en Jesús”, reflexionó.

Señaló que estas manifestaciones religiosas son un gran homenaje a quienes trajeron la religión católica y dejaron esa huella a través de la Cruz, a través de esos rostros humanos de Cristo, a través de la imagen de la Virgen María y tantas otras expresiones que son una señal del contenido de la fe de los pueblos.

“Son expresiones de enorme respeto a la fe que forman parte de la cultura de nuestro pueblo. La cultura de nuestro país no empezó ayer ni tampoco es producto de la idea política de una persona. Yo creo que somos muy respetuosos de lo que Dios ha querido regalarnos y al mismo tiempo queremos seguir expresando nuestra fe. Las cosas cambian, pero Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre”, manifestó.

“Por eso, el crucifijo para nosotros no es un tótem; la imagen de la Virgen no la adoramos, la veneramos y la queremos como recuerdo de nuestra madre; el Santo Rosario es una oración que ella nos dijo que le gustaba mucho escuchar. El lenguaje, la expresión de la fe a través de esas señales populares, no las podemos descuidar nunca”, prosiguió.

En otro instante, el Arzobispo de Lima condenó los actos delincuenciales en contra de la familia del congresista Renzo Reggiardo, a quienes envió una bendición, y pidió al Señor por la pronta recuperación de la hija del legislador.

“Tenemos que actuar con más serenidad y responsabilidad. Creo que hay que ser más claros en la aplicación de la ley para que los policías puedan actuar con más tranquilidad, los jueces puedan también mantener a quien va preso y los padres de familia colaborar con la educación de sus hijos. Que esta criatura se recupere y que sus padres recuperen también la tranquilidad”, concluyó.

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“Fe con obras: practica los sacramentos y enseña el catecismo”

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“Fe con obras: reza, practica los sacramentos, enseña el catecismo a tus hijos, muestra tu fe en tu trabajo, no te quedes callado cuando veas el mal, habla, ayuda y corrige”, exhortó el Cardenal Juan Luis Cipriani durante la Santa Misa que presidió el domingo, 07 de agosto, XIX del Tiempo Ordinario, en la Basílica Catedral de Lima.

El Arzobispo de Lima destacó la multitudinaria muestra de fe popular que se vivió en la última semana en Motupe (Lambayeque), por la Fiesta de la Cruz del Cerro Chalpón. Del mismo modo, reconoció que el Perú es un pueblo con arraigada fe católica.

“Hace pocos días estaba en Motupe y veía a miles de personas caminando por horas, subiendo ese cerro Chalpón, expresando su fe y llevan a sus hijos, a sus padres, a los enfermos y poco a poco va creciendo la fe”, comentó.

En otro momento, animó a los fieles a depositar toda su confianza en el Señor.

“Señor auméntanos la fe, que tenga la humildad de abandonarme en la oración, en la confesión arrepentida, en el trabajo diario; que no me asusten las dificultades de la vida, que recuerde que siempre estás conmigo”, mencionó.

Finalmente exhortó a todos los fieles congregados en la Iglesia Primada a acercarse de manera frecuente al sacramento del la Confesión para pedir perdón al Señor por nuestros pecados.

“El pecado permanentemente es un viento contrario, es difícil, es arduo, hay que luchar para vencer esas tentaciones”, señaló.

“Siempre tendremos dificultades variadas de empleo, de enfermedad, o un problema familiar, o problemas en el trabajo, con un hijo, con la esposa, o con el marido; y Jesús siempre nos acompaña, nunca nos abandona, nadie te ha prometido una vida sin problemas”, culminó.


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lunes, 4 de julio de 2011

Calendario Litúrgico

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Monición para retomar el Tiempo durante el Año


El Calendario Litúrgico está ordenado alrededor de los dos grandes misterios de nuestra fe: la Encarnación del Verbo, y la Redención de la Humanidad por su muerte en la Cruz.

En el calendario para el Modo Extraordinario del Rito Romano, vigente en 1962 y reafirmado por el Motu Proprio Summorum Pontificum en 2007, la celebración del primero de ellos, que va desde el I Domingo de Adviento hasta la Solemnidad de la Epifanía, es continuada por los Domingos después de Epifanía, en los cuales se desarrolla armoniosamente aquel primer Misterio -el de la Encarnación del Verbo-, hasta terminar el Miércoles de Ceniza.

Luego de la celebración del Misterio de la Redención de Jesucristo, desde el Miércoles de Ceniza hasta la Solemnidad de Pentecostés, el calendario litúrgico del Modo Extraordinario establece losDomingos después de Pentecostés, el período más largo del Año Litúrgico, cuyo objeto es prolongar en la Iglesia y en las almas justas el eco y los sobrenaturales efectos de la bajada del Santo Espíritu, y celebrar su reinado en cada alma y sobre el conjunto de la sociedad cristiana.

En el Calendario Litúrgico para el Modo Ordinario, que fue promulgado por el Papa Pablo VI en 1969 y que, como su nombre lo indica, es usado ordinariamente en la Iglesia Latina, los tiempos después de Epifanía y después de Pentecostés, han sido fundidos en uno solo conocido como Tiempo Ordinario o Tiempo Durante el Año; el cual es interrumpido por la Cuaresma y el Tiempo Pascual, y cuya segunda parte estamos transitando a partir del Lunes siguiente a la Solemnidad de Pentecostés (13/06/2010).

De este Tiempo dijo el Papa Pablo VI en su Carta Apostólica dada de Motu Proprio Mysterii Paschalis (43-44):

"Además de los tiempos que tienen un carácter propio, quedan 33 o 34 semanas en el curso del año, en las cuales no se celebra algún aspecto peculiar del misterio de Cristo; sino más bien se recuerda el mismo misterio de Cristo en su plenitud, principalmente los domingos. Este periodo de tiempo recibe el nombre de Tiempo Ordinario.
El tiempo ordinario comienza el lunes que sigue al domingo posterior al 6 de enero y se extiende hasta el martes antes de Cuaresma inclusive: de nuevo comienza el lunes después del domingo de Pentecostés y termina antes de las primeras Vísperas del I Domingo de Adviento".

Considerando que el último Domingo de la primera parte del Tiempo Ordinario, fue el Noveno de la serie (06/03/2011), y que los dos primeros domingos de su segunda parte ceden su lugar a las Solemnidades de la Santísima Trinidad, y del Corpus (en aquellos países en que se traslada esta última fiesta), este domingo 3 de Julio será el XIV del Tiempo durante el Año.

Durante este tiempo, se usarán ornamentos sagrados de color verde.


Resumiendo

Domingo 3 de Julio de 2011

Para el Modo Ordinario: XIV del Tiempo durante al Año
Para el Modo Extraordinario: III después de Pentecostés

Tu es sacerdos in æternum

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Se cumple el Sexagésimo Aniversario
de la ordenación sacerdotal
del Santo Padre Benedicto XVI

Como sencillo homenaje
publicamos el video del histórico momento.

1951 - 29 de Junio - 2011


Jurávit Dóminus, et non poenitébit eum.
Tu es Sacérdos in ætérnum,
secúndum órdinem Melchisedech,

El Señor lo ha jurado, y no se arrepiente.
Tú eres Sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec


Despliegue la entrada para ver el video de la ordenación sacerdotal del Santo Padre Benedicto XVI, celebrada el 29 de Junio de 1951.


El 29 de Junio de 1951, Fiesta de San Pedro y San Pablo, el legendario y ya anciano Cardenal Miguel Von Faulhaber, Arzobispo de Munich y Freising, ordenaba en la Cocatedral de Santa María de esta última ciudad, a Joseph Aloisio Ratzinger, marcándole en su frente el sello indeleble del sacerdocio católico.

Esto dijo el Papa Benedicto XVI al retornar al lugar de su ordenación:

"Queridos hermanos en el ministerio episcopal y sacerdotal;
queridos hermanos y hermanas:

Para mí este es un momento de alegría y de viva gratitud (…) en particular porque ahora, al final, he podido volver una vez más a la catedral de Freising. (…)
Ahora que me encuentro en esta catedral, me vienen a la memoria muchos recuerdos al ver a antiguos compañeros y a jóvenes sacerdotes que transmiten el mensaje, la antorcha de la fe.

Me vienen recuerdos de mi ordenación (…): cuando estaba yo postrado en tierra y en cierto modo envuelto por las letanías de todos los santos, por la intercesión de todos los santos, caí en la cuenta de que en este camino no estamos solos, sino que el gran ejército de los santos camina con nosotros, y los santos aún vivos, los fieles de hoy y de mañana, nos sostienen y nos acompañan.

Luego vino el momento de la imposición de las manos... y, por último, cuando el cardenal Faulhaber nos dijo: "Iam non dico vos servos, sed amicos", "Ya no os llamo siervos, sino amigos", experimenté la ordenación sacerdotal como inserción en la comunidad de los amigos de Jesús, llamados a estar con él y a anunciar su mensaje".

Recemos hoy, con más devoción que nunca, la oración que durante centurias ha pedido al Cielo por el vicario de Cristo:

Oremus pro Pontifice nostro Benedicto, Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum eius. Amen.

Oremos por nuestro Pontífice Benedicto, que el Señor lo conserve y lo guarde, le dé larga vida, lo haga dichoso en la tierra, y no lo entregue en manos de sus enemigos. Amén.



Video de la ordenación del Santo Padre Benedicto XVI




Obsérvese a partir del minuto 4,50 y se verá al recién ordenado padre Ratzinger durante la procesión. Este momento se ha marcado en el video con una transición notable, se lo ha repetido en cámara lenta, y luego nuevamente a velocidad normal. La música no es original de la cinta (que era "muda"). Se trata del Dixit Dominus de Doménico Zipoli (1688-1726).



El Cardenal Faulhaber impone las manos



La Primera Bendición junto a su hermano George



Subdiácono en la Primera Misa de su amigo
Fr. Rupert Berger

1º de Julio de 1951




viernes, 17 de junio de 2011

¿Quién es el demonio hoy?

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Pablo VI y el demonio

«¿Cómo se ha podido llegar a esta situación?». Ésta es la pregunta que se hacía el Papa Pablo VI, algunos años después de la clausura del Concilio Vaticano II, a la vista de los acontecimientos que sacudían a la Iglesia. «Se creía que, después del Concilio, el sol habría brillado sobre la historia de la Iglesia. Pero en lugar del sol, han aparecido las nubes, la tempestad, las tinieblas, la incertidumbre»

Para decirlo brevemente, Pablo VI tenía la sensación de que «el humo de Satanás ha entrado por alguna fisura en el templo de Dios». Así se expresaba Pablo VI sobre la crisis de la Iglesia el 29 de junio de 1972, noveno aniversario de su coronación. Algunos periódicos se mostraron sorprendidos por la declaración del Papa sobre la presencia de Satanás en la Iglesia. Otros periódicos se escandalizaron. ¿No estaba Pablo VI exhumando creencias medievales que se creían olvidadas para siempre?

Una de las grandes necesidades de la Iglesia contemporánea

Sin arredrarse ante estas críticas Pablo VI volvió sobre este tema candente cinco meses más tarde. Y lejos de contentarse con reafirmar la verdad sobre Satanás y su actividad, el Papa consagró una entera catequesis a la presencia activa de Satanás en la Iglesia (cfr Audiencia general, 15 de noviembre de 1972).

Desde el inicio, Pablo VI subrayó la dimensión universal del tema: «¿Cuáles son hoy afirma las necesidades más importantes de la Iglesia?». La respuesta del Papa es clara: «Una de las necesidades más grandes de la Iglesia es la de defenderse de ese mal al que llamamos el demonio».

Después, refiriéndose a algunas publicaciones recientes (en una de las cuales un profesor de exégesis invitaba a los cristianos a «liquidar al diablo»), Pablo VI afirmaba que «se separan de la enseñanza de la Biblia y de la Iglesia los que se niegan a reconocer la existencia del diablo, o los que lo consideran un principio autónomo que no tiene, como todas las criaturas, su origen en Dios; y también los que lo explican como una pseudorealidad, una invención del espíritu para personificar las causas desconocidas de nuestros males».

«Nosotros sabemos prosiguió Pablo VI- que este ser oscuro y perturbador existe verdaderamente y que está actuando de continuo con una astucia traidora. Es el enemigo oculto que siembra el error y la desgracia en la historia de la humanidad.»

Pablo VI se esforzó en señalar los indicios reveladores de la presencia activa del demonio en el mundo. Volveremos sobre este diagnóstico.

Lagunas en la teología y en la catequesis

El cardenal J. L. Suenens, antiguo arzobispo de BruxellesMalines, escribió al final de su libro Renouveau et Puissances des ténébres: «Acabando estas páginas, confieso que yo mismo me siento interpelado, ya que me doy cuenta de que a lo largo de mi ministerio pastoral no he subrayado bastante la realidad de las Potencias del mal que actúan en nuestro mundo contemporáneo y la necesidad del combate espiritual que se impone entre nosotros» (p. 113).

En otras palabras, existe una laguna en la enseñanza de la teología, en la catequesis y en la predicación. Y esta laguna solicita ser colmada. Estamos ante «una de las necesidades más grandes» de la Iglesia en el momento presente.

¿Quién lo habría previsto? La catequesis de Pablo VI sobre la existencia a influencia del demonio produjo un resentimiento inesperado por parte de la prensa. Una vez más, se acusó a la Cabeza de la Iglesia de retornar a creencias ya superadas por la ciencia. ¡El diablo está muerto y enterrado!

Raramente los periódicos se habían levantado con una vehemencia tan ácida contra el Soberano Pontífice. ¿Cómo explicar la violencia de estas reacciones?

Que periódicos hostiles a la fe cristiana ironicen sobre una enseñanza del Papa no suscita ninguna extrañeza. Es coherente con sus posiciones. Pero que al mismo tiempo se dejen llevar de la cólera, esto es lo que sorprende...

¿Cómo no presentir bajo estas reacciones la cólera del Maligno? En efecto, Satanás necesita el anonimato para poder actuar de manera eficaz. ¿Cuál no será su irritación, por tanto, cuando ve al Papa denunciar urbi et orbi sus artimañas en la Iglesia? Es la cólera del enemigo que se siente desenmascarado y que exhala su despecho a través de estos secuaces inconscientes.

El enemigo desenmascarado

Habría que retomar el capítulo de la demonología: esta consigna de Pablo VI tuvo una especie de precedente en la historia del papado contemporáneo. Era un día de diciembre de 1884 o de enero de 1885, en el Vaticano, en la capilla privada de León XIIII. Después de haber celebrado la misa, el Papa, según su costumbre, asistió a una segunda misa. Hacia el final, se le vio levantar la cabeza de repente y mirar fijamente hacia el altar, encima del tabernáculo. El rostro del Papa palideció y sus rasgos se tensaron.

Acabada la misa, León XIII se levantó y, todavía bajo los efectos de una intensa emoción, se dirigió hacia su estudio. Un prelado de los que le rodeaban le preguntó: «Santo Padre, ¿Se siente fatigado? ¿Necesita algo?». «No, respondió León XIII, no necesito nada... »

El Papa se encerró en su estudio. Media hora más tarde, hizo llamar al secretario de la Congregación de Ritos. Le dio una hoja, y le pidió que la hiciera imprimir y la enviara a los obispos de todo el mundo. ¿Cuál era el contenido de esta hoja? Era una oración al arcángel San Miguel, compuesta por el mismo León XIII. Una oración que los sacerdotes recitarían después de cada misa rezada, al pie del altar, después del Salve Regina ya prescrito por Pío IX:

Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha, sé nuestro amparo contra la adversidad y las asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes. Y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los otros malos espíritus que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.

León XIII confió más tarde a uno de sus secretarios, Mons. Rinaldo Angeh, que durante la misa había visto una nube de demonios que se lanzaban contra la Ciudad Eterna para atacarla. De ahí su decisión de movilizar a San Miguel Arcángel y a las milicias del cielo para defender a la Iglesia contra Satanás y sus ejércitos, y más especialmente para la solución de lo que se llamaba «la Cuestión romana».

La oración a San Miguel fue suprimida en la reciente reforma litúrgica. Algunos piensan que, siendo tan adecuada para conservar entre los fieles y los sacerdotes la fe en la presencia activa de los ángeles buenos y de los malvados, podría ser reintroducida, o bien en la Liturgia de las Horas, o bien en la oración de los fieles en la misa. Como afirmaba Juan Pablo II el 24 de mayo de 1987, en el santuario de San Miguel Arcángel en el Monte Gargan: «el demonio sigue vivo y activo en el mundo». Las hostilidades no han cesado, los ejércitos de Satanás no han sido desmovilizados. Por lo tanto la oración continúa siendo necesaria.

El 20 de abril de 1884, poco tiempo antes de esta visión del mundo diabólico, León XIII había publicado una encíclica sobre la francmasonería que se inicia con consideraciones de envergadura cósmica. «Desde que, por la envidia del demonio, el género humano se separó miserablemente de Dios, a quien debía su llamada a la existencia y los dones sobrenaturales, los hombres se ha dividido en dos campos opuestos que no cesan de combatir: uno por la verdad y la virtud, el otro por aquello que es contrario a la virtud y a la verdad. »

Juan Pablo II ha hecho suya la consigna de su predecesor. En su enseñanza ha ido incluso más allá de Pablo VI. Mientras que éste no dedicó más que una catequesis del miércoles al problema del demonio, Juan Pablo II ha tratado este tema a lo largo de seis audiencias generales sucesivas. Y hay que añadir a esta enseñanza una peregrinación al santuario de San Miguel Arcángel en el Monte Gargan, el 24 de mayo de 1987, y un discurso sobre el demonio pronunciado el 4 de septiembre de 1988, con motivo de su viaje a Turín.

Las instituciones, instrumento de Satanás

En otras ocasiones, Juan Pablo II ha puesto en guardia a los fieles contra las insidias del diablo, como por ejemplo en su encuentro con 30.000 jóvenes en las islas Madeira (mayo de 1991) donde citó un pasaje significativo de su mensaje de 1985 para El año internacional de la juventud: «La táctica que Satanás ha aplicado, y que continúa aplicando, consiste en no revelarse, para que el mal que ha difundido desde los orígenes se desarrolle por la acción del hombre mismo, por los sistemas y las relaciones entre los hombres, entre las clases y entre las naciones, para que el mal se transforme cada vez más en un pecado 'estructural' y se pueda identificar cada vez menos como un pecado `personal'». Satanás actúa, pero actúa sobre todo en la sombra, para pasar desapercibido. Satanás actúa a través de los hombres y también a través de las instituciones.

¿Es posible imaginar el papel de Satanás en la preparación, lejana y cercana de las leyes que autorizan el aborto y la eutanasia? En un estudio actual sobre Satanás, Dom Alois Mager o.s.b., antiguo decano de la facultad de teología de Salzburgo, afirma que el mundo satánico se caracteriza por dos rasgos: la mentira y el asesinato. «La mentira aniquila la vida espiritual; el asesinato, la vida corporal... Aniquilar siempre, ésta es la táctica de las fuerzas satánicas». Ahora bien, Dios es Aquel que es y que da sin cesar la vida, el movimiento y la existencia (cfr Hch 17, 28).

creciente de dos Papas contemporáneos sobre Satanás y sus maquinaciones ¿no es altamente significativa? ¿No nos invita a una profundización en nuestra postura sobre el papel de Satanás en la historia, la historia grande de los pueblos y de la Iglesia y la historia pequeña de cada hombre en particular?

Un terreno minado

Sé muy bien que escribiendo estas páginas me aventuro en un terreno minado, rodeado de misterio. Primero por la materia tratada. Después por el escepticismo existente sobre el tema. Pocos cristianos parecen creer verdaderamente en la existencia personal de los demonios. Muchos parecen incluso rechazar esta verdad, no porque sea incierta, sino porque se nos dice «hoy en día la gente no la admitiría».

Otros, también irreverentes con la Revelación, compartirían con gusto la posición de este viejo señor que, al final de una agitada mesa redonda sobre la existencia del diablo, sugería que la cuestión fuese decidida... por un referéndum: «La mayoría decidirá si los demonios existen o no». ¡Como si la verdad dependiese del número de opiniones y no de su consistencia!

Algunos años antes de la intervención de Pablo VI, el cardenal Gabriel Marie Garrone denunciaba la conspiración del silencio sobre la existencia de los demonios: «Hoy en día apenas si se osa hablar. Reina sobre este tema una especie de conspiración del silencio. Y cuando este silencio se rompe es por personas que se hacen los entendidos o que plantean, con una temeridad sorprendente, la cuestión de la existencia del demonio. Ahora bien, la Iglesia posee sobre este punto una certeza que no se puede rechazar sin temeridad y que reposa sobre una enseñanza constante que tiene su fuente en el Evangelio y más allá. La existencia, la naturaleza, la acción del demonio constituyen un dominio profundamente misterioso en el que la única actitud sabia consistirá en aceptar las afirmaciones de la fe, sin pretender saber más de lo que la Revelación ha considerado bueno decirnos».

Y el cardenal concluye: «Negar la existencia y la acción del 'Maligno' equivale a ofrecerle un inicio de poder sobre nosotros. Es mejor, en esto como en el resto, pensar humildemente como la Iglesia, que colocarse, por una pretenciosa superioridad, fuera de la influencia benefactora de su verdad y de su ayuda».

Una decena de años más tarde, una vigorosa profesión de fe del obispo de Estrasburgo, Mons. Léon Arthur Elchinger, se hará eco de las consideraciones del cardenal GabrielMarie Garrone. Pondrá, como se suele decir, los punto sobre las «íes», desafiando de esta manera a cierta intelligentia.

«Creer en Lucifer, en el Maligno, en Satanás, en la acción entre nosotros del Espíritu del mal, del Demonio, del Príncipe de los demonios, significa pasar ante los ojos de muchos por ingenuo, simple, supersticioso. Pues bien, yo creo. Creo en su existencia, en su influencia, en su inteligencia sutil, en su capacidad suprema de disimulo, en su habilidad para introducirse por todas partes, en su capacidad consumada de llegar a hacer creer que no existe.

Sí, creo en su presencia entre nosotros, en su éxito, incluso dentro de grupos que se reúnen para luchar contra la autodestrucción de la sociedad y de la Iglesia. Él consigue que se ocupen en actividades completamente secundarias a incluso infantiles, en lamentaciones inútiles, en discusiones estériles, y durante este tiempo puede continuar su juego sin miedo a ser molestado» Y el prelado expone sus razones de orden sobrenatural primero y después de orden natural.

«Sí, creo en Lucifer y esto no es una prueba de estrechez de espíritu o de pesimismo. Creo porque los libros inspirados del Antiguo y del Nuevo Testamento nos hablan del combate que entabla contra aquellos a los que Dios ha prometido la herencia de su Reino. Creo porque, con un poco de imparcialidad y una mirada que no se cierre a la luz de lo Alto, se adivina, se constata cómo este combate continúa bajo nuestros ojos. Ciertamente, no se trata de materializar a Lucifer, de quedarnos en las representaciones de una piedad popular. Lucifer, el Príncipe del mal, actúa en el espíritu y en el corazón del hombre.

Finalmente, creo en Lucifer porque creo en Jesucristo que nos pone en guardia contra él y nos pide combatirlo con todas nuestras fuerzas si no queremos ser engañados sobre el sentido de la vida y del amor».

martes, 14 de junio de 2011

Hijas de la Divina Providencia

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Las Hijas de la Divina Providencia, somos un Instituto religioso de Derecho Diocesano con sede en Abancay- Perú, que como rama viva, brota del carisma del Obispo Ketteler y la Madre María de la Roche, fundadores de las Hermanas de la Divina Providencia en Maiz, Alemania. Fieles al carisma de los fundadores intentamos seguir ese espiritu de servicio y amor, teniendo un corazón comprensivo y misericordioso con todos los que nos rodean , en todo sitio dando Amor...

El Papa interpela a toda la Iglesia a tener en cuenta que la fe “no debe ser presupuesta sino propuesta”

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ForumLibertas.com

El Papa Benedicto XVI ha interpelado al conjunto de la Iglesia a fortalecer las propias convicciones católicas para luego hacer llegar a Cristo a los demás. El pontífice afirmó que “la fe no debe ser presupuesta sino propuesta” en referencia a todas las organizaciones cristianas, que no deben, según sugiere el Papa, perder su verdadero y primigenio sentido evangelizador.

Delante de las parroquias de Roma el obispo de la capital italiana ha subrayado al participar en el congreso eclesial de la diócesis de Roma que la cercanía a los que se han alejado de la fe de la Iglesia se ha convertido en algo “más urgente que nunca”.

En este sentido, Benedicto XVI ha precisado que el desafío que ahora se plantea a la Iglesia, en particular en los países de antiguas raíces cristianas, consiste en mostrar la belleza del cristianismo a quienes hoy lo consideran más bien como un obstáculo para alcanzar la felicidad, considera el Papa.

La “propuesta” integral cristiana

El Santo Padre presentó como propuesta las palabras que en una ocasión le había escrito personalmente Hans Urs von Balthasar (1905-1988), uno de los más grandes teólogos del siglo XX, quien decía: “La fe no debe ser presupuesta sino propuesta”.

“De por sí, la fe no se conserva en el mundo, no se transmite automáticamente al corazón del hombre, sino que debe ser siempre anunciada. El anuncio de la fe, a su vez, para que sea eficaz debe comenzar por un corazón que cree, que espera, que ama, un corazón que adora a Cristo y cree en la fuerza del Espíritu Santo”, ha indicado.

De esta forma Benedicto XVI ha interpelado a toda la Iglesia a transmitir el mensaje católico desde el convencimiento primero. Cabe recordar la omisión tremenda que cometen numerosas organizaciones cristianas que prescinden de la propuesta de la fe y se sitúan al margen de lo que afirma el Papa. Además, en muchos de esos casos se trata de organismos diocesanos.

En este sentido, no puede haber una fundación, por ejemplo, dedicada a la organización de actividades juveniles de tiempo libre que bajo la excusa de acoger a todos los perfiles de jóvenes y dar servicio al mayor abanico de perfiles eliminan la propuesta de la fe. El Papa recuerda también que organismos de solidaridad y caritativos no pueden borrar la propuesta de la fe con la excusa de que así llegan mejor a la sociedad.

Esta afirmación del Papa es una interpelación dura a estas realidades que se dan en esta parte de la Iglesia, una de las más importantes y que está en contacto con la sociedad. Detrás de esta omisión hay un implícito -consciente o inconsciente- de relativismo religioso: es evidente que no se adoptaría esta actitud si se creyera que lo más importante en la difusión de la fe cristiana es la salvación del alma y que la salvación del alma pasa -no exclusivamente pero si de una manera definitiva y fundamental- por el seguimiento de Jesucristo y su conocimiento.

Si esta naturaleza intrínseca al catolicismo no está en las raíces de algunas organizaciones es porque piensan que hay otras vías para la salvación y que todas son muy parecidas. Sin embargo, y Benedicto XVI ha querido aclararlo, lo fundamental de estas organizaciones no debería ser lo que se está entregando materialmente sino la propuesta de vida cristiana que lleva a la salvación.

El Santo Padre ha constatado, además, que “los hombres se olvidan de Dios también porque con frecuencia se reduce la persona de Jesús a un hombre sabio y se debilita o incluso se niega la divinidad”.

“Esta manera de pensar impide comprender la novedad radical del cristianismo, pues si Jesús no es el Hijo único del Padre, entonces tampoco Dios ha venido a visitar la historia del hombre. Por el contrario, ¡la encarnación forma parte del corazón mismo del Evangelio!”, ha afirmado.

¿Quién es el Espíritu Santo?

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Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad ha sido revelada por Jesús en su Evangelio.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. El Señor Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal.


El Espíritu Santo, el don de Dios

"Dios es Amor" (Jn 4,8-16) y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor "Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado". (Rom 5,5).

Puesto que hemos muerto, o al menos, hemos sido heridos por el pecado, el primer efecto del don del Amor es la remisión de nuestros pecados. La Comunión con el Espíritu Santo, "La gracia del Señor Jesucristo, y la caridad de Dios, y la comunicación del Espíritu Santo sean con todos vosotros." 2 Co 13,13; es la que, en la Iglesia, vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado. Por el Espíritu Santo nosotros podemos decir que "Jesús es el Señor ", es decir para entrar en contacto con Cisto es necesario haber sido atraído por el Espíritu Santo.

Mediante el Bautismo se nos da la gracia del nuevo nacimiento en Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo. Porque los que son portadores del Espíritu de Dios son conducidos al Hijo; pero el Hijo los presenta al Padre, y el Padre les concede la incorruptibilidad. Por tanto, sin el Espíritu no es posible ver al Hijo de Dios, y, sin el Hijo, nadie puede acercarse al Padre, porque el conocimiento del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios se logra por el Espíritu Santo.


Vida de fe. El Espíritu Santo con su gracia es el "primero" que nos despierta en la fe y nos inicia en la vida nueva. El es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Sin embargo, es el "último" en la revelación de las personas de la Santísima Trinidad.El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo del Designio de nuestra salvación y hasta su consumación. Sólo en los "últimos tiempos", inaugurados con la Encarnación redentora del Hijo, es cuando el Espíritu se revela y se nos da, y se le reconoce y acoge como Persona.El Paráclito. Palabra del griego "parakletos", que literalmente significa "aquel que es invocado", es por tanto el abogado, el mediador, el defensor, el consolador. Jesús nos presenta al Espíritu Santo diciendo: "El Padre os dará otro Paráclito" (Jn 14,16). El abogado defensor es aquel que, poniéndose de parte de los que son culpables debido a sus pecados, los defiende del castigo merecido, los salva del peligro de perder la vida y la salvación eterna. Esto es lo que ha realizado Cristo, y el Espíritu Santo es llamado "otro paráclito" porque continúa haciendo operante la redención con la que Cristo nos ha librado del pecado y de la muerte eterna.Espíritu de la Verdad: Jesús afirma de sí mismo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6). Y al prometer al Espíritu Santo en aquel "discurso de despedida" con sus apóstoles en la Última Cena, dice que será quien después de su partida, mantendrá entre los discípulos la misma verdad que Él ha anunciado y revelado.El Paráclito, es la verdad, como lo es Cristo. Los campos de acción en que actúa el Espíritu Santo, son el espíritu humano y la historia del mundo. La distinción entre la verdad y el error es el primer momento de dicha actuación.Permanecer y obrar en la verdad es el problema esencial para los Apóstoles y para los discípulos de Cristo, desde los primeros años de la Iglesia hasta el final de los tiempos, y es el Espíritu Santo quien hace posible que la verdad a cerca de Dios, del hombre y de su destino, llegue hasta nuestros días sin alteraciones.

Símbolos

Al Espíritu Santo se le representa de diferentes formas:


→ Agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.→ Unción: Simboliza la fuerza. La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo. En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.→ Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.→ Nube y luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María para "cubrirla con su sombra". En el Monte Tabor, en la Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube.→ Sello: Es un símbolo cercano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.→ La Mano: Mediante la imposición de manos los Apóstoles y ahora los Obispos, trasmiten el "don del Espíritu".→ La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre Él.

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