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martes, 3 de agosto de 2010

La solidaridad

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Solidaridad El Cardenal Juan Luis Cirpiani te da siete consejos para vivir la solidaridad y el servicio con los tuyos.

1. La solidaridad en una sociedad debe estar muy arraigada, preocúpate de los demás, de ayudar a tus amigos, acércate a la persona que está en dificultades, visita a aquel enfermo, practica lo que la Iglesia siempre ha propuesto a través de las obras de misericordia.

2. Hay que ir metiendo en la cabeza de todos la idea de solidaridad. ¿Qué puedo hacer por mi entorno? ¿Qué puedo hacer para generar más empleo? ¿Cómo puedo hacer para dar un estímulo a esta persona que trabaja? No necesariamente es el sueldo. A veces, es una respuesta a través de estudios, una capacitación, una facilidad para los hijos, un seguro, etc.

3. Así como Radioprogramas del Perú hace un premio de “Integración y solidaridad” para dar a conocer que hay gente en el Perú que sale de la simple ecuación “cuanto gano o cuanto pierdo” y ayuda a otras personas. De esta manera, vamos rescatando una manera de pensar diferente. La solidaridad empieza a abrir unas puertas que estaban cerradas y creo que alivia situaciones. La Iglesia constantemente nos recuerda que la solidaridad es la propuesta más perfecta de la justicia.

4. Por tanto, no nos quedemos solamente en cuanto le pagas, cuando te envío al sindicato, o qué huelga haces, o no tengo liquidez, o el mercado está muy bajo. Evidentemente, el economista tiene que pensar en todo. Pero también tiene que poner dentro de su cabeza la palabra solidaridad.

5. La solidaridad tiene que ver mucho con la verdad. A veces, a la gente le cuesta o no quiere dar a conocer el verdadero volumen de su dinero, o no quiere dar a conocer la verdadera realidad de sus coimas, o de sus ahorros. Hay que decir la verdad siempre. Hay que decir no a la corrupción, no hay que abusar ideológicamente con eso de quitar a los ricos para dar a los pobres. Y, al revés también, no cometamos esa injusticia de no te puedo aumentar, porque no tengo un sol.

6. Cuando no se respeta la dignidad básica de la persona pues viene la violencia. Uno se siente maltratado, desinformado, manipulado.

7. Finalmente, hay que ser solidarios con ese inicio de la vida que se da en ese primer instante con la concepción y respetar la vida del no nacido. Me cuesta esfuerzo pensar que una persona fríamente manipula vidas y después va a ser generoso o solidario cuando haya que aumentar un sueldo. No entiendo. Dejen de maltratar la vida del no nacido y verás que empezamos a pensar diferente.

Cardenal Juan Luis Cipriani

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